En los últimos días, el conflicto entre el estado de Texas y el Gobierno Federal de los Estados Unidos ha alcanzado niveles alarmantes, llevando la tensión fronteriza a un punto crítico. La disputa comenzó el 10 de enero cuando las autoridades texanas bloquearon a los agentes de la Patrulla Fronteriza estadounidense en un área de 4 km en Eagle Pass, una región que había experimentado un aumento en el cruce de migrantes.
Esta zona incluye Shelby Park, un parque de la ciudad en el Río Grande, que ahora está cerrado con puertas y alambre de púas, negando el acceso a la Patrulla Fronteriza. La Guardia Nacional de Texas impidió la instalación de equipos de vigilancia móviles en Shelby Park, y posteriormente, el Departamento Militar de Texas confiscó y aseguró el parque, intensificando aún más la tensión.
El conflicto adquirió nuevos matices trágicos el 12 de enero, cuando dos niños y una madre se ahogaron en una zona cercana del Río Grande. Ahora, funcionarios de Texas y Estados Unidos se acusan mutuamente de contribuir a las circunstancias que rodearon la tragedia, con Texas alegando que el Gobierno de Biden trabaja con cárteles de tráfico de migrantes.
La situación ha llevado a un enfrentamiento peligroso entre el gobernador texano, Greg Abbott, y el presidente estadounidense, Joe Biden. Hace dos semanas, se desató una 'guerra fría' entre las autoridades estatales republicanas y federales demócratas, cuando Texas tomó unilateralmente el control que antes tenía la Patrulla Fronteriza. A pesar de la denuncia del Departamento de Justicia ante la Corte Suprema, que favoreció a Washington, el gobernador Abbott rechazó la resolución.
La Guardia Nacional de Texas ha cercado un tramo de 4 km, que rodea el parque Shelby y la ciudad fronteriza de Eagle Pass, colocando alambre de púas para frenar la inmigración. La tensión ha llegado al punto de que se ha dado la orden de impedir que la Patrulla Fronteriza retire el alambre de espino, lo que podría resultar en un enfrentamiento armado entre fuerzas armadas estadounidenses.
Abbott justifica su decisión argumentando la necesidad de defenderse de una "invasión" de inmigración irregular y acusa a la Administración Biden de romper el "pacto entre EE.UU. y los estados". Además, responsabiliza directamente al presidente Biden por no hacer cumplir las leyes migratorias.
La crisis ha ganado apoyo de 25 estados que respaldan la decisión de Texas, algunos de los cuales han enviado parte de su Guardia Nacional, respaldados incluso por el expresidente Donald Trump. Mientras tanto, la Casa Blanca ha emitido un ultimátum a Texas con fecha de vencimiento hoy, exacerbando aún más las tensiones.
Los expertos advierten que esta situación sin precedentes podría desencadenar un conflicto armado civil en suelo estadounidense, ya que las fuerzas armadas federales y estatales se enfrentan directamente por primera vez en la historia del país. La comunidad internacional observa con atención, preocupada por las posibles consecuencias de esta creciente crisis en la frontera.
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